Читать книгу Antología 10: Planes divinos онлайн | страница 30

El lunes posterior al “Día del Padre” de ese mismo año, fui a visitar al doctor que me operó porque tenía dolor en el útero y mucha hinchazón. Recuerdo que me acosté en la camilla y colocó el ecógrafo para ver si había un tumor o algo parecido. Entonces quedó en silencio, con una expresión de asombro en su rostro. Al momento exclamó: “¿Vos ves lo que yo veo?”. Contesté: “Sí, veo un círculo negro. ¿Qué es? ¿Un tumor, un quiste, o qué? ¡Dígamelo de una vez, por favor!”.

“Es un bebé, Lily. No sé cómo llegó ahí, ¡no entiendo! Te operé en febrero y estamos en junio. No entiendo nada. Soy ateo, ¡pero esto no tiene otra explicación que un milagro!”. No podía creer en mi mente lo que había en mi cuerpo. Era tanta la felicidad y el shock que me olvidé de todo mi dolor y mis angustias pasadas. Me sentí bienaventurada como María, privilegiada como Elizabeth, amada y elegida como Ana…

Llamé a mi esposo y acudió a la clínica. Con lágrimas en los ojos pudimos entrar a la ecografía juntos. Estábamos ante la promesa cumplida. Veintitrés semanas y media de gestación. “¿Quieren saber el sexo?” dijo la doctora. “Es un varón, ¿qué nombre tienen pensado ponerle?” nos preguntó. “¡Samuel! -contesté inmediatamente-, porque el nombre lo espera a él hace dieciséis años.”

Algunos días después estaba en mi casa, y la radio anunciaba que empezaba el invierno. Instantáneamente recordé aquella palabra que recibí: Había estado gestando durante el otoño, desconociéndolo totalmente. ¡Otra promesa cumplida! Dios continuaba sorprendiéndonos.

Solo pasamos tres meses de embarazo y tuvimos a Samuel con nosotros. Sus hermosos ojos color azul del cielo son iguales a los del bebé del almanaque. Nació el 9 de octubre de 2018, y solo unos días después festejé mi primer “Día de la Madre”. No puedo poner en palabras lo especial y maravilloso que fueron esos días. Cada lágrima fue cambiada en alegría.

Hay un tiempo señalado para cada uno, y una promesa espera por delante. Tenemos un Dios que escucha y actúa a nuestro favor. Su fidelidad es asombrosa y sus planes divinos tienen fecha de cumplimiento. Te animo a que creas en este Dios poderoso que puede transformar tu historia de manera única y especial.


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