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Fernando Gabriel Miranda Valdez

Licenciado en Derecho por la Universidad de Guadalajara. Trabajó como actuario, ministerio público y auditor en distintas dependencias de la administración pública, como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y el Supremo Tribunal de Justicia. Se ha desempeñado en esta casa de estudios como profesor de historia e inglés.

Empecé a trabajar en la preparatoria número 1 cuando era secretario mi compañero Miguel Jiménez Gallegos, pues yo tenía experiencia en historia de México. Para dar mis clases me basaba en el libro del licenciado Peña Razo, que en ese entonces era director de la preparatoria 2. Posteriormente, me cambiaron a la Escuela de Agricultura y después a la preparatoria 2, donde impartí historia.

¿Usted ya había salido de la Universidad?

Estaba todavía dentro del sistema universitario.

¿Dónde nació?

En Pachuca, Hidalgo. Tenía más de tres meses cuando a mis padres, empleados bancarios, los cambiaron a Guadalajara. Así que puedo decir que aquí he vivido toda mi vida.

¿Qué carrera estudió en la Universidad de Guadalajara?

La licenciatura en Derecho. Cuando salí de la carrera empecé a dar clases, primero de historia, como ya comenté, y últimamente en lenguas extranjeras, en particular inglés.

¿Qué recuerda de la Universidad de Guadalajara en ese entonces?

Lógicamente, con el tiempo ha cambiado. Yo conocí a los licenciados Pedro Vallín Esparza, Santiago Camarena, Belón González y Alberto Orozco Romero; ellos fueron mis maestros, quienes moldearon mi carácter y mi forma de ser. No cito a los demás por no cometer las injusticias que el olvido ocasiona, pero éstos son los más representativos. Ignacio Maciel Salcedo era entonces el director de la Facultad de Derecho. Yo me desligué de la facultad en cuanto obtuve un título y seguí ya como profesor.

¿Ejerció su profesión de abogado al mismo tiempo que la docencia?

No, aunque soy abogado, me he dedicado más a la docencia. Iba a cumplir veinticinco años cuando me titulé. Entonces se presentó la oportunidad de que iban a abrir la preparatoria 13 y solicité una plaza de maestro. Al director no lo conocía, pero el sindicato me apoyó. En la preparatoria me dijeron: «Nada más hay lenguas extranjeras». Correcto, quería entrar a la Universidad de Guadalajara porque necesitaba un buen trabajo, con prestaciones, porque ya a mi edad, ¡no comoquiera! Entré como profesor de inglés y así he seguido hasta la fecha.


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