Читать книгу No olvido, recuerdo онлайн | страница 30

En 1968 se celebraron las Olimpiadas en México y la bandera olímpica se guardó durante cuatro años en la Ciudad de México en el Palacio federal. En 1972 había que cederla al país que las organizaría en ese año. Por costumbre, es entregada por cadetes, soldados y mandos militares. En ese entonces era presidente Luis Echeverría, cuya esposa, María Esther Zuno, hija del fundador de la Universidad de Guadalajara y jalisciense, no aceptó y propuso que la portaran personas vestidas de manera folclórica. Lanzó una convocatoria para ver qué grupo tenía mejor presencia. Nos pagaron el viaje a muchos grupos y la exhibición fue en el teatro Jiménez Rueda, de la Ciudad de México. Después de que nos presentamos nosotros, todos los demás grupos nos dijeron que teníamos unas tablas tremendas y mucha experiencia. La señora Zuno, cuando nos vio, preguntó de dónde éramos. Al escuchar que de la Universidad de Guadalajara se le abrieron los ojos y exclamó: «¿De dónde?» Así fue como nos eligieron para entregar la bandera, lo cual fue una gran experiencia.

¿Recuerda la canción que bailaron?

Bailamos de varias regiones, sobre todo de Jalisco, Tamaulipas, Veracruz y Michoacán. Todo un repertorio, por ejemplo, la «Danza de la pluma». Llevábamos un programa perfectamente estructurado. También contó que antes ya nos habíamos presentado en el Teatro Degollado, después de haber ganado el Primer Concurso Nacional de Danza y gracias al apoyo del rector Maciel Salcedo; esto fue a principios de 1967. Durante quince años estuvimos en el teatro cada domingo. Eso nos dio muchas tablas para hacer un buen papel en 1972. Desde ese año la señora Zuno nos tomó como sus muchachitos, incluso nos pidió que le dijéramos tía.

La bandera se entregaría en el estadio olímpico de Múnich. También haríamos una presentación en el Circus Chromeo, aunque era un espacio circular y nosotros estábamos habituados a un escenario con un frente; el público estaría alrededor. Tuvimos que reestructurar todo y ensayar de nuevo, hasta los domingos y días festivos. A veces empezábamos un sábado y terminábamos un domingo en la mañana.


Представленный фрагмент книги размещен по согласованию с распространителем легального контента ООО "ЛитРес" (не более 15% исходного текста). Если вы считаете, что размещение материала нарушает ваши или чьи-либо права, то сообщите нам об этом.