Читать книгу La Sonrisa Escondida de Dios онлайн | страница 7
Existe cierta ironía en el fruto de estas aflicciones. El confinamiento de Bunyan le enseñó el camino peregrino de la libertad cristiana. La enfermedad mental de Cowper produjo una dulce música de la mente para las almas atribuladas. La ardiente miseria de aislamiento y enfermedad de Brainerd explotó en misiones globales más allá de toda imaginación. La ironía y desproporción son maneras de actuar propias de Dios. Nos mantiene fuera de balance con Sus impredecibles conexiones. Creemos que sabemos cómo hacer algo grande, y Dios lo hace pequeño. Pensamos que todo lo que tenemos es débil y pequeño, y Dios lo hace grande. La estéril Sarah da a luz al hijo de la promesa. Los 300 hombres de Gedeón derrotan a 100 000 madianitas. Una honda en la mano de un pastorcillo derriba al gigante. Una virgen concibe al Hijo de Dios. Los cinco panes de un muchacho alimentan a miles. La violación de la justicia, la envilecida conveniencia política y una tortura criminal en una horrible cruz se convierten en el fundamento para la salvación del mundo.
Esta es la forma de actuar de Dios –quitar todas las jactancias del hombre y ponerlas en Dios. “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia… para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:26-29, 31).
No es sorprendente (1 Pedro 4:12), por lo tanto, que el sufrimiento encaje dentro del diseño de Dios en maneras que a veces nos desconciertan y nos ponen a prueba hasta el límite. El desconcierto y la prueba son parte del diseño: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).