Читать книгу La Sonrisa Escondida de Dios онлайн | страница 18

Casi de noche, mientras trataba de caminar un poco, mis pensamientos se volvieron así: “¡Qué infinitamente dulce es amar a Dios y estar totalmente entregado a Él!”. Sobre esto, se me sugirió: “Tú no eres un ángel, no eres vivaz y activo”. Ante lo cual, mi alma entera respondió de inmediato: “Tengo un anhelo tan sincero de amar y glorificar a Dios, como cualquier ángel del cielo”. Entonces se me sugirió de nuevo: “Pero tú eres inmundo, no apto para el cielo”. Entonces al instante aparecieron las benditas vestiduras de la justicia de Cristo, en las cuales no pude hacer menos que regocijarme y triunfar45.

Donde crece el fruto de la aflicción

¿No es notable que el canto de estos tres cisnes sufrientes fuera tan similar en los momentos cruciales de sus conversiones? La justicia de Cristo, fuera de ellos mismos, imputada a ellos únicamente por medio de la fe, no los hizo a ellos inútiles sino adoradores. No los condujo a la vida libertina, sino que los impulsó a la búsqueda de la santidad. No los dejó satisfechos de sí mismos, sino que los puso a predicar, escribir y evangelizar. Los sostuvo a través de todo el sufrimiento (para Cowper, con dificultad –1 Pedro 4:18) y formó la tierra sólida donde el fruto de la aflicción podía crecer sin que el árbol se rompiera.

Bajo la gracia soberana de Dios, entonces, lo que tenemos que agradecer por la gran alegoría de Bunyan y los himnos de Cowper y la vida de Brainerd es, primero, la gloriosa verdad bíblica de la justicia de Cristo imputada por la gracia únicamente por medio de la fe, y segundo, el misericordioso regalo de la aflicción. Hoy somos los beneficiarios del fruto de su aflicción. Y el designio de Dios en ello es que no nos desanimemos, sino que confiando en Él sepamos que alguien también se verá fortalecido por el fruto de la nuestra. Detrás de una ceñuda providencia, Él esconde un rostro sonriente. Puede que lo veamos mientras vivimos, o puede que no. Pero la Biblia entera está escrita, y todos los cisnes están cantando, para convencernos de que está allí, y que podemos y debemos “gloriarnos en las tribulaciones” (Romanos 5:3).


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