Читать книгу No olvido, recuerdo онлайн | страница 36

¿Son ustedes los fundadores de esa institución llamada Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara?

Sí, somos los fundadores. Ojalá lo puedan entender los muchachos que integran ahora el ballet. Ellos tienen esa fama gracias a nuestro sudor, a nuestra sangre y a nuestras lágrimas, porque hubo de todo en las giras. En una ocasión los bomberos tuvieron que ir y sacar a una de nuestras alumnas de una crisis nerviosa que tenía, porque no todas las niñas, de entre dieciséis y diecisiete años, tenían la mentalidad suficiente para mantenerse quince o veintidós días fuera de casa.

Lamentablemente, mucha gente no conoce la historia del grupo porque no se ha querido preservar como debe ser. Perdón, muchachos, pero no pueden por un solo caso echar fuera quince o veinte años. Ustedes forman la generación actual, pero antes que ustedes a mucha gente nos costó mantenerlo.

¿Cuál fue su última presentación?

Mi última presentación fue a principios de 1980. Lamentablemente, el director artístico, actual director del grupo, el maestro Carlos Ochoa, tenía la idea de que si estás chaparro no te ves bien. Así, a todos los chaparros nos empezó a pedir nuestro lugar para dárselo a personas más altas, y bien por él, pues era el director en ese momento. A la hora que me dijo que otra persona iba a entrar en mi lugar le dije Muchas gracias y, con toda la tranquilidad del mundo, lo paseado y lo bailado, ¿quién me lo quita? Nadie. Después nos tocó seguir con otras experiencias, pero otra vez en Artes Plásticas, donde formamos otro grupo. Anduvimos también de gira artística, pero ya como director y coordinador artístico.

¿Logró terminar su licenciatura?

Sí, pero no en la Universidad de Guadalajara. A la par de la primera carrera que estudié en la Universidad, Dibujo comercial, entré a la Normal, donde logré mi grado de maestro. Ahí obtuve mi primer empleo y con eso pude pagarme muchas cosas que se necesitaban, también por eso permanecí en el grupo, porque tenía un sueldito que me llevaba. Después de llegar de Alemania, en 1973, me dieron mi primer nombramiento, de maestro en danza, pero en el aspecto teórico, no en el práctico. Impartí clases de historia de la danza en sustitución del grandioso Onésimo González, que es el pionero, el pilar y lo máximo de la danza contemporánea en la Universidad de Guadalajara. Él formó el primer grupo de danza contemporánea en la Universidad. Fue un orgullo y una responsabilidad suplirlo en las clases. En el CUCEA estudié la maestría en Tecnologías para el aprendizaje.


Представленный фрагмент книги размещен по согласованию с распространителем легального контента ООО "ЛитРес" (не более 15% исходного текста). Если вы считаете, что размещение материала нарушает ваши или чьи-либо права, то сообщите нам об этом.