Читать книгу No olvido, recuerdo онлайн | страница 33

También nosotros nos pusimos a bailar lo que ellos estaban bailando. Ellos quisieron bailar con nosotros la «Danza de la culebra», pero no les salió nadita, lo cual se prestó para que se hiciera un ambiente bien padre. Incluso el día de la inauguración, a tal grado de que yo no me di cuenta de lo que estaba pasando en el estadio, pues estábamos platicando y vacilando en los vestidores y los pasillos cuando nos dijeron: «Muchachos, ya van a salir». En cuanto empezaron a oírse las primeras notas de «La culebra» y salimos al estadio la gente comenzó a gritar. El sombrero se le hacía a uno como rehilete. Hubo quien se paró, no lo esperábamos. Salimos a echarle las ganas. El video lo pueden ver en YouTube.

A la par de la deportiva se llevó a cabo la Olimpiada Cultural, en la cual nos reunimos numerosos grupos. Hicimos amistad con el de Chile, de la Eucamar, y muchos más.

Los organizadores, el público y los mismos alemanes, ¿qué les dijeron después de la presentación?

Los alemanes son fríos a morir y difícilmente les puedes sacar una sonrisa. El primer gran acto que se realizó fue cuando la bandera de México se izó en la Villa Olímpica. Nos invitaron a bailar, fueron nada más tres parejas que hicieron garras a los organizadores y a todos porque llevábamos un ambiente muy especial. Bailamos «El son de la negra» y «El jarabe tapatío», las de rigor, puesto que íbamos vestidos de charros. Después, los mariachis tocaron «La raspa» y jalaron a muchachos y muchachas, así como a organizadores, y se armó una pachanga.

Entonces los organizadores dijeron «Tiempo, tiempo, porque tenemos que irnos», pero si nos hubieran dejado, nosotros le habríamos seguido. Recuerdo que los Juegos Olímpicos de Múnich fueron los primeros que se transmitieron en forma directa. Por eso, donde nos presentábamos, la gente nos pedía que bailáramos. Por primera vez los alemanes sonreían y se acercaban a saludarnos, la gente se contagió. Los del grupo de Alemania sí se aprendieron «El baile del machete», lo bailaron mucho tiempo con nosotros. Esos son los detalles que marcan y reflejan la idiosincrasia del pueblo mexicano.


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