Читать книгу Antología 10: Planes divinos онлайн | страница 39

¿Qué había pasado con aquella palabra que había recibido un año atrás? ¿Dónde estaba esa pasión que sentía para servir? ¿Y el llamado que Dios me había hecho? ¿Por qué una relación con alguien no creyente es tan desastrosa? Los hijos de Dios deberíamos siempre querer hacer lo que es correcto para vivir agradando a Dios. Y tener un noviazgo con alguien inconverso, probablemente nos lleve a lo contrario.

Recuerdo que una vez, estando con mi novio no creyente, él me dijo: “Yo creo que, si nos casamos algún día, nuestros hijos no irán a la iglesia contigo. Tendrás que ir tú sola, hasta que ellos estén grandes y decidan si quieren o no quieren ir”. Cuando escuché estas palabras, ¡me dolió tanto el corazón al imaginar ese panorama de mi vida! Sacudió mi ser.

Así que la pregunta interna fue: ¿Quieres esa realidad para tu vida? Yo sabía que no quería eso. Tenía que tomar una decisión radical. Pero ¿estaba dispuesta?

Pasaba el tiempo, y yo alargaba mi decisión. Estaba en esa relación porque realmente estaba ilusionada, y enamorada de esta persona. Pero yo sabía que no era la voluntad de Dios para mi vida. Ciertamente Dios tiene planes maravillosos para nosotros, pero son nuestras decisiones las que permiten u obstaculizan que ese plan de Dios se realice o no. Es muy importante rendir nuestra vida al Señor, incluyendo el área de los sentimientos.

Las oraciones mueven la mano de Dios

En toda esta historia, hubo alguien que oró por mi vida todo el tiempo: mi madre. Ella permaneció orando al Señor para que la voluntad perfecta de Dios en mi vida se cumpliera. Nunca dejó de orar. Si por casualidad, una madre está leyendo estas palabras, le digo que no deje de orar por su hijo o hija pródigos. Dios escucha e interviene poderosamente, y da la victoria absoluta.

Estoy segura de que fueron las oraciones de mi madre, las que empezaron a inquietar mi corazón. Había una gran angustia inexplicable dentro de mí cuando estaba con mi novio. Me sentía vacía totalmente, y Dios empezó a poner a mi lado personas que se interesaron por mí, que me aconsejaron abandonar esa relación, en amor y sin juzgarme. Doy gracias a Dios por los amigos. Por aquellas personas que Dios pone a nuestro lado en momentos donde probablemente nadie quiere estar cerca. Más si eres la joven que anda lejos de Dios. Pero de pronto, hay unos cuantos que se acercan, y pueden impactar la eternidad de alguien.


Представленный фрагмент книги размещен по согласованию с распространителем легального контента ООО "ЛитРес" (не более 15% исходного текста). Если вы считаете, что размещение материала нарушает ваши или чьи-либо права, то сообщите нам об этом.