Читать книгу La Reina Roja онлайн | страница 70
Pero esto no es un cuento de hadas y ni siquiera un sueño. Es una pesadilla. Pasaré encerrada el resto de mi vida, obligada a ser quien no soy. A ser uno de ellos. Un títere. Un espectáculo para tener a la gente feliz, callada y oprimida.
—Y si contamos bien la historia, también las Grandes Casas estarán satisfechas. Eres la hija perdida de un héroe de guerra. ¿Qué mayor honor podríamos darte?
Nuestras miradas se cruzan, y yo imploro en silencio. Él me ayudó una vez, y quizá podría volver a hacerlo. Pero Cal inclina la cabeza de un lado a otro, la sacude lentamente. Aquí no me puede ayudar.
—Esto no es una petición, Lady Titanos —dice Tiberias, usando mi nuevo nombre, mi nuevo título—. Cumplirás, y lo harás como es debido.
La reina Elara vuelve hacia mí sus ojos pálidos.
—Vivirás aquí, como es costumbre entre las novias de la realeza. Yo planearé a mi criterio cada día de tu vida, y tú recibirás lecciones de todo lo imaginable para que hagamos de ti alguien —busca la palabra correcta, mordiéndose el labio— apto —no quiero saber qué significa esto—. Se te someterá a continua inspección. En adelante, vivirás pendiendo de un hilo. Un paso en falso, una palabra inadecuada, y pagarás las consecuencias.
Mi cuello se pone rígido, como si sintiera las cadenas con que los reyes lo han rodeado.
—¿Y mi vida…?
—¿Qué vida? —cacarea Elara—. ¡Deberías agradecer tu buena suerte, niña!
Cal aprieta un momento los ojos, como si la risa de la reina le apenara.
—Se refiere a su familia. Mare… esta joven tiene familia.
Gisa, mamá, papá, los chicos, Kilorn… una vida arrebatada.
—¡Ah, eso! —resopla el rey, mientras se deja caer en su asiento—. Supongo que le daremos una asignación para que se calle.
—Quiero que mis hermanos regresen de la guerra —por una vez, creo haber dicho bien algo—. Y que no permita que sus legiones se lleven a mi amigo Kilorn Warren.
Tiberias responde en un pestañeo. Un par de soldados Rojos no significan nada para él.
—De acuerdo.
Pero parece menos un indulto que una sentencia de muerte.