Читать книгу La pospandemia en un contexto de desarrollo solidario онлайн | страница 27

También, García (2020) señaló que en el área de formación de productores resulta necesario intensificar este rubro para ampliar la red alimentaria y, al mismo tiempo, acompañar a otros colectivos para formar su propio mercado y generar una metodología de formación. A largo plazo, un reto es impactar más en la producción y consumo local, en los sistemas alimentarios territoriales. “Una gran ventaja es que la pandemia los ‘agarró’ organizados, es decir, la organización permitió y permite enfrentar la crisis y ser autónomos les permite decidir qué hacer” (R. García, comunicación personal, 21 de agosto, 2020).

El Mandadito. El Mandadito inició en el 2014. Se encuentra ubicado en la comunidad de Tlaxcalancingo en el municipio de San Andrés Cholula en el estado mexicano de Puebla. Lo integran cinco personas, en su mayoría mujeres. Esta experiencia surgió ante la necesidad económica y de salud, sobre todo, de sus integrantes al vender el excedente de la producción familiar de hortalizas. Después de estos primeros esfuerzos organizativos, fueron invitados a recibir acompañamiento empresarial por la Incubadora de empresas de economía social de la Universidad Iberoamericana Puebla. Además de la venta de hortalizas agroecológicas, El Mandadito se dedica a comercializar semillas, compostas y otros abonos orgánicos como la lombricomposta.

En la pandemia se enfrentan a la pérdida del empleo de muchas familias y, con ello, la reducción del consumo, también al cierre de espacios públicos para dar los talleres, reunir a las personas en el campo y hacer visitas a domicilio. Ahora en pandemia dan los talleres y asesorías para generar sus abonos orgánicos y asesoría agroecológica y de alimentación a través de sesiones virtuales. También han hecho alianzas con la Cooperativa de Consumo de Santo Tomas Chiautla para comercializar sus productos: hortalizas, plantas, semillas.

Como uno de sus retos a corto y mediano plazo, se encuentra la generación de más canales de comercialización y también consolidar su organización empresarial, siempre desde la lógica de la economía social y solidaria, poniendo en el centro la reproducción de la vida. Para ello, tienen la necesidad de seguir siendo asesorados por la Universidad Iberoamericana Puebla con el fin de continuar en la estandarización de sus procesos cooperativos y seguir en el camino de formación y capacitación en la generación de espacios de soberanía alimentaria.


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