Читать книгу Paisaje de la mañana онлайн | страница 18

—¡Imaginen qué descendencia! Que existe un tipo de rana llamada Rana Goliat, como el gigante del Antiguo Testamento, que es del tamaño de un perro calato pero mucho más gordo. Y cuando al fin he conseguido el interés de todos, descubro mi carta principal.

—Todo esto lo estudia la zoología —escribo el nombre con letras grandes en la pizarra—, que es una rama de la biología y que se ocupa de los pelos, la alimentación, los tejidos, las orejas, los huesos, la mirada, los instintos, las crías… y todo lo que tenga que ver con los animales del planeta Tierra.

—¿Y si el animal no es de este mundo? —siempre habrá algún listo que pregunte.

Y aunque sepamos algo de zoología, nos quedaremos sin palabras.


La literatura es un arte, pero también una ciencia humana. Ya no basta enseñar literatura desde la mera intuición o según el gusto de la profesora, tampoco desde los prejuicios o las doctrinas ideológicas del profesor. Cada una de estas categorías humanas es educable. El buen gusto como las creencias políticas se forma con el estudio y la reflexión, con la experiencia en el oficio. Es una tarea laboriosa que implica tiempo y una actitud de esfuerzo y humildad de parte del discípulo. Creo que Santo Tomás de Aquino recomendaba la docilidad intelectual para lograr el aprendizaje, pues es una virtud que regula la voluntad del aprendiz con respecto a las lecciones del maestro.

La lingüística o la arqueología son ciencias que estudian el comportamiento de diversas manifestaciones culturales del ser humano. No está lejos la literatura que estudia, también, expresiones de la cultura a través de la palabra en el tiempo. Ya sea oral o escrita, y en cualquier territorio. En la actualidad los llamados estudios literarios atienden a un enfoque multidisciplinario entre la teoría de la literatura, la crítica literaria y la historia de la literatura, con la finalidad de establecer un sistema más o menos objetivo que pueda definir los límites específicos de la literatura y, además, proteger la autonomía de su carácter. En ese sentido, la piedra de toque de la literatura está centrada en el lenguaje de la literatura. ¿Qué entendemos por este lenguaje? ¿Es el mismo que usamos en la calle o es el que emplearon los ilustres escritores de la Edad Media o del Humanismo español?


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