Читать книгу Resumen del libro "Los trucos de los ricos" de Juan Haro онлайн | страница 2
Mantente en el anonimato
Vivimos en la «era digital», en la cual la tecnología nos ha permitido alcanzar límites impensables hace solo unos pocos años. En la actualidad podemos conectarnos con el otro lado del mundo, acceder a infinitas cantidades de información o llegar a millones de personas al instante. Del mismo modo, somos más propensos a dejar nuestra información personal al alcance de otros. Los ricos saben que esa información puede volverse en su contra y, por lo tanto, miman su privacidad.
Cada año crecen las inspecciones, sanciones y regulaciones por parte del gobierno, Hacienda, Seguridad Social, etc. Lo quieren saber todo de ti porque, el que tiene la información, también tiene el control. La reducción de tu huella puede ayudarte con la exención de responsabilidades en el caso de que aparezcan problemas. Algunos muestran sus vacaciones en islas paradisíacas, mansiones y vehículos deportivos, buscando reconocimiento para inflar su ego. Otros, en cambio, prefieren ser más comedidos y permanecer en la sombra.
Si un bien es público y conocido por todos, será aún más apetecible para el sistema, pero si es difícil de encontrar, tendrás menos posibilidades de que te lo embarguen. Actuar en lugar de quejarte marcará la diferencia. En la vida tú escoges ser jugador o espectador. Los ricos saben cómo utilizar las leyes a su favor, los demás se ven atrapados por ellas. A continuación, te resumo algunas pautas que te ayudarán a mantenerte invisible.
Con el fin de mantener su anonimato, los ricos no ponen su nombre a sus activos ni sus propiedades. Los ricos saben que el sistema intentará quitarles su dinero y su patrimonio. Entendemos como activo a todo aquello que suma, lo que puedes vender: son tus derechos, acciones empresariales y el dinero que te deben. Todo aquello que tenga valor, aunque no se pueda tocar, si se puede intercambiar por dinero, es un activo.
Sin un nombre en el registro es difícil saber de quién es cada propiedad. Los ricos dirigen empresas, conducen coches y viven en casas que son propiedad de terceros. De este modo, a la hora de embargar, existen responsabilidades limitadas y más opciones para salir ileso.